El físico atrae, pero la personalidad enamora.
Solo piensa por un momento en aquello que te hizo a escoger a quien ha sido tu pareja durante los últimos años.
La respuesta la conseguimos en la psicología evolutiva y aquellos marcos mentales formados con el pasar de los tiempos.
A través de milenios hemos aprendido a usar los sentidos para reconocer aquello que nos hace bien o mal.
Así que nos atrae nuestra pareja porque somos capaces de ver en ésta un espécimen apto para transmitir nuestros genes.
Supervivencia pura y dura.
Luego, a través de la interacción constante somos capaces de saber si la personalidad de ese “espécimen” es compatible con nuestra cosmovisión, y es ahí donde viene algo más profundo que llamamos amor.
Ahora bien, ¿Por qué Coca-Cola y no Pepsi? ¿Por qué Mercedes-Benz y no Harley-Davidson? O ¿Por qué Nubank y no Santander?
Mucho más que una cuestión de gustos
Nuestra naturaleza como especie nos dice a través de los sentidos si algo es conveniente para nosotros, mientras que el contexto sociocultural donde crecemos nos permite formarnos un marco mental con el cual ponderamos una serie de valores y atributos por encima de otros.
Por eso las marcas más exitosas son aquellas que comunican un conjunto de atributos cuidadosamente seleccionados para conectar con sus grupos de interés.
A ese conjunto de atributos elegidos con total cálculo, le llamamos personalidad de marca y son clave a la hora de conectar en una dimensión emocional con la gente.
Sabemos que la identidad visual de una marca es un atractivo infalible para llamar la atención, pero la personalidad es el siguiente eslabón en la cadena de elementos que construyen una marca fuerte.
Qué es la personalidad de marca
La personalidad de marca es ese conjunto de características únicas de tipo emocional y asociativo que humanizan la relación con sus públicos de interés.
Umbel Thoughts Tuit
Es decir, es la personificación de su comportamiento.
Tal como el término lo sugiere, la personalidad de marca propicia relaciones basándose en atributos humanos, permite hacer de la marca un ente vivo, único, diferente de su competencia y con el potencial suficiente para alcanzar una conexión profunda con sus clientes.
Para lograrlo, comenzamos definiendo atributos compatibles con la personalidad y valores del target de la marca, y luego los activamos a través de pautas de comportamiento consistentes en cada interacción.
Cómo definir la personalidad de marca
Para construir esta personalidad de marca, podemos usar una herramienta muy práctica llamada Brand Being, alguno de los 12 arquetipos de personalidad de Carl Gustav Jung o incluso, una mezcla de ambos métodos.

-
Características de la marca
-
Forma de relacionarse con sus diferentes audiencias
-
Emociones que proyecta
-
Comportamientos
Definir estos aspectos nos permitirá construir una personalidad distintiva, diferenciadora y, sobre todo, que enamore a las personas al punto de que estén dispuestas a compartir una vida con la marca.
En otras palabras: habremos humanizado la marca.
La utilidad de la personalidad de marca
Disponer de una personalidad única, nos permitirá construir toda la cultura, el tono de voz y demás elementos de identidad necesarios para materializar nuestra estrategia de marca.
¿Cómo debo lucir si quiero proyectar irreverencia? ¿Cómo debo hablar si quiero transmitir elegancia? o ¿Cómo debemos hablar para mostrarnos cálidos y cercanos?
Preguntas que puedan responderse a través de la definición de la personalidad de marca.
Este elemento de identidad nos permite además, definir con claridad aquello que somos, lo que amamos, lo que odiamos, lo que siempre seremos y lo que queremos ser.
Y a partir de estas definiciones los equipos que trabajarán día a día con la marca tendrán una ruta clara para no confundir a la audiencia mostrando rasgos de personalidad contradictorios.
Esto resulta vital para la construcción de una marca.
Solo piensa el desastre que supondría dejar a criterio de tu gerente de mercadeo y tu community manager cómo la marca estructurará su portafolio de productos o le contestará a los clientes en redes sociales.
Un asunto de sentido común
Disponer de una personalidad única, nos permitirá construir toda la cultura, el tono de voz y demás elementos de identidad necesarios para materializar nuestra estrategia de marca.
¿Cómo debo lucir si quiero proyectar irreverencia? ¿Cómo debo hablar si quiero transmitir elegancia? o ¿Cómo debemos hablar para mostrarnos cálidos y cercanos?.
Preguntas que puedan responderse a través de la definición de la personalidad de marca.
Este elemento de identidad nos permite además, definir con claridad aquello que somos, lo que amamos, lo que odiamos, lo que siempre seremos y lo que queremos ser.
Y a partir de estas definiciones los equipos que trabajarán día a día con la marca tendrán una ruta clara para no confundir a la audiencia mostrando rasgos de personalidad contradictorios.
Esto resulta vital para la construcción de una marca.
Solo piensa el desastre que supondría dejar a criterio de tu gerente de mercadeo y tu community manager cómo la marca estructurará su portafolio de productos o le contestará a los clientes en redes sociales.
Así la gente podrá decirle a tu marca: te quiero por lo que eres y no solo por cómo luces.