El rediseño de marca es una herramienta poderosísima para aumentar la competitividad de los negocios.
En esencia, implica modificar parcial o totalmente los elementos gráficos de la marca para adaptarla a un nuevo posicionamiento, revitalizarla o actualizar sus elementos para optimizar su desempeño.
¿Cuándo debes pensar en un rediseño de marca?
Hay señales que ponen de manifiesto la necesidad de ejecutar un proceso tan completo y estratégico como éste, como por ejemplo:
Cabe destacar que estas señales pueden aparecer juntas o separadas, y para erradicarlas por completo será necesario analizarlas con mucha seriedad para determinar la solución correcta.
Por dónde comenzar: pongamos el foco donde importa
Tipo de rediseño de marca: ¿Parcial o radical?
Porque aunque existen varios caminos para llegar a Roma, para llegar a la marca que necesitamos podemos tomar el camino del rediseño total o parcial.
Por otro lado, hay ocasiones en que no puede quedar piedra sobre piedra. Cuando este es el caso nos toca seguir el camino del rediseño radical; un camino que debemos tomar cuando la identidad visual de la marca presenta tantos problemas o está tan desactualizada, que solo podemos arreglarla con un cambio profundo de sus activos.
Con este enfoque se puede rejuvenecer la marca conservando su ADN y respetando su historia, pero el resultado final será algo completamente distinto desde el punto de vista visual.
En cualquier caso, la ruta a seguir debe nacer del correcto análisis y diagnóstico de las necesidades de la marca.
Cómo realizar un rediseño de marca
Tal y como hemos señalado, un rediseño de marca no es un asunto menor. Hay casos en los que resulta demasiado evidente la necesidad de cambio, pero hay otros donde es necesario indagar mucho más para evitar un daño mayor.
Para evitar esta situación es conveniente ir por fases.
Fase I: Análisis & Auditoría de marca
La primera fase del proceso nos permirirá hacer un rediseño de marca con fundamento, por lo que debemos partir con una investigación previa que arroje luces sobre lo que ha de cambiar, la forma, el fondo y las implicaciones.
La fase de Análisis & Auditoría es un proceso es integral, y debe recoger la opinión de todas las audiencias de la marca si se quiere evitar errores de cálculo que terminen por hacer que el remedio sea peor que la enfermedad.
En esta etapa se hace un análisis de los códigos visuales manejados en la categoría, de los competidores directos e indirectos, las tendencias y las mejores prácticas que podemos abrazar para tener éxito.
De igual forma, se auditan cada uno de los activos visuales de la marca, evaluando su desempeño en función de criterios como:
- Memorabilidad
- Diferenciación
- Escalas
- Personalidad de marca
- Posicionamiento
- Target
Fase II: Diagnóstico & Rutas Creativas
Una vez superada la etapa de Análisis & Auditoría, es momento de diagnosticar qué debe cambiar y cuáles son las mejores rutas para hacerlo.
El diagnóstico es una fase medular del proceso. Un rediseño de marca hecho a partir de un mal diagnóstico o peor, con la ausencia de uno, puede ser una caída libre hacia el vacío.
Diagnosticar adecuadamente permite plantear rutas viables, alineadas con los objetivos del negocio y con las aspiraciones de sus grupos de interés.
Por ejemplo, gracias al diagnóstico podremos establecer «termómetros de cambio» que nos permitan escoger entre potenciar imaginarios o crear nuevos, modificar totalmente el logotipo o intervenirlo parcialmente para mejorar su desempeño, elegir una nueva tipografía, cambiar la paleta de colores o crear un nuevo sistema iconográfico, entre otros.
Fase III: Creación
Definida la ruta y establecidos los termómetros de cambio, es hora de poner manos a la obra. Es el momento de llevar a la realidad todo aquello que previamente se ha definido en el papel.
En esta fase contempla la creación de una expresión visual diferente con la que la marca puede comenzar a proyectarse tal y como lo necesita para ganar en su mercado.
Fase IV: Testeo
Al igual que un auto no puede salir al mercado sin probarse, la nueva expresión gráfica de una marca tampoco debería hacerlo.
Se vuelve necesario hacer pruebas para validar que el rediseño de marca cumpla con el objetivo.
En esta fase se puede conformar un grupo confidencial para hacer pruebas que nos ayuden a determinar cómo reaccionan las personas ante la nueva identidad visual de la marca.
Ha de validarse el trabajo a través de múltiples herramientas, como las asociaciones libres, cuestionarios de preguntas abiertas, etc.
One More Thing
Si todo sale bien, necesitas pensar en una forma atractiva de comunicar el cambio.
Todo depende de la marca, el contexto y la visión empresarial. Lo importante es planificar con detalle todos los aspectos del relanzamiento de marca.
Finalmente, tomar en cuenta que el rediseño de una marca es un asunto con sus propias dinámicas y complejidades, que debe abordarse de forma seria y responsable, cumpliendo fases y protocolos para llevar a la marca a puerto seguro.
En Umbel llevamos años ayudando a marcas como la tuya a mejorar su desempeño y competitividad a través del diseño, por lo que puedes inspirarte con algunos ejemplos exitosos en nuestra sección de Casos.