Nike tuvo que enfrentarse ante un intento de cancelación.
Y fue por allá en los 90 cuando la marca intentaba apoyar a la comunidad negra, fomentando la asunción de héroes como Jordan o Barkley.
La crítica estalló cuando la violencia hacía estragos en los barrios más pobres.
Hubo una lluvia de artículos que culpaban a Nike por el aumento de asaltos y asesinatos que cometían los jóvenes negros para hacerse con las zapatillas del momento.
Los críticos más radicales impulsaban la cancelación a la marca acusándoles de instrumentalizar la vida del gueto norteamericano y explotar el baloncesto callejero sin preocuparse por las consecuencias.
Y Nike se defendió.
Lanzó la mítica campaña P.L.A.Y. que seguro recordarás si tienes más de 40.
Un comercial que se estrenó durante un juego de baloncesto y donde aparecía Michael Jordan preguntando ¿Qué pasaría si no existiera el deporte?
Pero Nike no se quedó en un comercial para hacer frente al intento de cancelación
- Creó programas deportivos dirigidos por adultos de la comunidad.
- Apoyó económicamente a clubes deportivos juveniles.
- Construyó canchas en las ciudades más pobres.
- Siguió contando su verdad.
Just did it.
Simplemente hizo lo suyo. Apeló a los hechos para que la opinión pública viera y creyera.
Pero además, hizo lo que considero la acción más clave de todas: usó sus valores de marca y su forma de hacer las cosas para legitimarse como poseedor de la verdad moral.
¿La moraleja?
Frente a la cancelación las marcas tienen dos caminos: esconderse o accionar.
Nike eligió la segunda opción.
No se quedó en el discurso vacío ni en la defensa tibia, sino que convirtió cada crítica en una oportunidad para demostrar que los valores no son un eslogan, sino un compromiso que se construye con acciones concretas.
Usó sus recursos para generar un cambio real, demostrando que una marca verdaderamente poderosa no solo vende productos, sino que construye comunidad, genera oportunidades y escribe su propia historia más allá de los titulares.
En fin, Just do it.
